jueves, 19 de junio de 2014

Cetrería en aeropuertos.

El arte de la cetrería tiene sus orígenes en Asia. Probablemente China fue la primera civilización que practicó la cetrería, mucho antes del nacimiento de Cristo.

Hay quienes afirman que los romanos introdujeron la cetrería en Europa, en tanto que otros niegan que se tratara realmente de este arte de cría selección y adiestramiento de aves de presa, afirmando que el mundo grecolatino mas bien practicó el "aucupio" o captura de pájaros.

Como sea, si es probable que las invasiones godas introdujeran la cetrería a Europa occidental y de allí se fuera difundiendo por occidente.

En la Edad Media entre los siglos VI y XVI la práctica de caza con halcones y azores tuvo un gran auge. De hecho el ave portada por el cetrero denotaba su rango social : desde el gerifalte reservado al Rey, hasta el cernícalo para el criado.

En tiempos modernos, la utilidad de este arte fue advertida por quienes se esfuerzan en  mantener a las aves alejadas del área de maniobras y los circuitos de tránsito de los aeropuertos.

La eficacia de la cetrería es muy alta. Aún mas que otros métodos de dispersión acústica recomendados por la OACI,  como la utilización de cañones de gas butano y otros elementos pirotécnicos a los que las aves residentes en los aeropuertos terminan acostumbrándose.

Su utilización como método de dispersión de aves  en aeropuertos tiene ya vasta trayectoria en España, y la empresa que gestiona los aeropuertos (AENA) tiene a la cetrería como uno de los métodos que recomienda y fiscaliza la Sección de Ecosistemas de la empresa de navegación aérea.

La empresa prestataria del servicio de cetrería contratada por AENA es la misma que fundara con ese propósito en 1968 el naturalista Félix Rodrigo de la Fuente, cuando fuera convocado para ahuyentar a las aves que complicaban las operaciones  en la base aérea de Torrejón.

                                                           Félix Rodrigo de la Fuente

En el aeropuerto de Barajas, hay unos 30 halcones activos que trabajan por turnos y mas de una treintena en proceso de adiestramiento.

Antes de seleccionar al halcón que saldrá "de patrulla", este es pesado.

El halconero sabe reconocer si está "por encima de su peso", de modo que no volará ese día, porque tendrá menos eficacia.  Esta aves nobles solo trabajan "por la comida" y se esfuerzan menos por cazar si están llenas.

         Sembradíos de sorgo en cercanías del aeropuerto Santa Rosa, La Pampa. Polo de atracción de aves.

Muchas veces la acción de los halcones se combina con patrullajes con perros que "marcan" las piezas.

Sin embargo su vuelo tiene un "plus", el efecto disuasorio. El solo verlos volar "enseñoreándose" de su área de caza, hace que las demás aves se alejen de las pistas.

                                               Cetreros en el aeropuerto de Málaga

El inconveniente mayor, es que no hay en Argentina  muchos cetreros especializados en control aviario en aeropuertos. 

Además hay normativas ambientales que deben ser respetadas. 

Por ejemplo en nuestro país (Argentina) debemos regirnos además por la Resolución 108/06 " Registro Nacional de Criadores de Aves Rapaces para Control de Especies de la Fauna Silvestre Potencialmente Peligrosas a la Actividad Aeronáutica.", por medio de la cual se crea  en el ámbito de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable el Registro Nacional de Criadores de Aves Rapaces.

Estableciendo que  toda persona física y/o jurídica que se dedique a la crianza de falconiformes y al tránsito interprovincial de los mismos con fines de utilización en control de fauna silvestre dentro de aeropuertos o sus áreas de influencia, deberá inscribirse en el Registro Nacional de Criadores de Aves Rapaces para Control de Especies de la Fauna Silvestre Potencialmente Peligrosas a la Actividad Aeronáutica,  presentando la siguiente documentación:

1) Formulario Nº 1 de Registro de Firmas, conforme la Resolución SSRN Nº 34/93.

2) Nombre, profesión y número de matrícula del o los profesionales con título universitario de carreras vinculadas al manejo de los recursos naturales, responsables del programa de cría.

3) a. Certificado de inscripción y habilitación emitido por la autoridad competente de manejo del recurso fauna de la provincia donde se encuentre instalado el criadero.

    b. Constancia de control sanitario emitido por el Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA).

   c. Plano de las instalaciones utilizadas para la cría y mantenimiento de los animales que conformen el plantel reproductivo y sus descendencias.

   d. Aprobación de las condiciones de infraestructura del establecimiento de cría y mantenimiento de los ejemplares, tanto por las autoridades de aplicación nacional y provincial.

Presentar el programa de cría y métodos zootécnicos a ser utilizados, especificando las necesidades futuras de incorporación de nuevos ejemplares a partir de poblaciones silvestres con el fin de obtener nuevo material genético.

Para este caso, la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación evaluará por sí misma o por consulta con los organismos que considere pertinentes, el proyecto de solicitud sobre la incorporación de nuevos ejemplares, pudiendo denegar o aprobar la misma de forma definitiva o condicionada a la información que en su momento se disponga.

El registro de los ejemplares que conformarán el plantel básico de cría, acreditando su origen, conforme lo establecido en la legislación nacional vigente.

Registro de marcas, señales, anillos y microchips de implantación obligatoria para la identificación individual de los ejemplares que conforman el plantel básico.

Registro de marcas, señales, anillos y microchips de implantación obligatoria para la identificación de los ejemplares provenientes de la operación de cría en cautiverio.

En caso de que la Autoridad de Aplicación de la presente Resolución lo considere pertinente, podrá proceder a requerir la realización de análisis genéticos de ADN para determinar relaciones parentales, cuyo costo estará a cargo del propietario de los ejemplares.

Ver Resolución 108/06:

                                   
                  2° Encuentro Internacional de Cetrería, Colonia Barón, La Pampa, Argentina.













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